Salvia hispánica o Semilla Chía es una planta herbácea anual perteneciente a la familia de las lamiáceas; una especie con gran concentración de ácido graso que se utiliza principalmente para la alimentación humana.
Desde los tiempos de nuestros ancestros, las culturas Azteca y Maya la solían utilizar precisamente porque reconocían todas sus propiedades y consideraban a esta semilla un alimento supernatural. En el lenguaje Maya, “Chía” significa fuerza, probablemente por la alta cantidad de energía que provee.
Antes de la conquista de América, la chía era un alimento básico para las civilizaciones de México; su cultivo era probablemente el tercero en importancia económica, superado sólo por el maíz y el frijol.
la cosecha se realiza en verano, preferentemente en clima tropical o subtropical, sobre suelos arcillosos, arenosos y no demasiado húmedos, ya que necesitan mantenerse bien drenados. La temperatura óptima para su desarrollo debe ser entre los 18 a 26ºC, y no soporta las heladas. Requiere abundante sol, no fructifica en la sombra y su cosecha se realiza 4 meses después de su siembra.
Esta semilla es rica en mucílago, fécula y aceite, gracias a sus altísimos valores nutricionales, propiedades medicinales y su alto contenido en Omega 3. Entre los beneficios que podemos mencionar de esta gran semilla es que disminuye el colesterol, controla la diabetes y la presión arterial, mejorando las condiciones cardiacas. Este superalimento es bueno para el sistema digestivo, ya que la chía posee propiedades antiinflamatorias. Además, tiene un gran valor energético y ayuda a hidratar el organismo al tiempo que mejora el funcionamiento del cerebro. Es una buena compañera en las dietas y tiene propiedades antioxidantes o bien es un alimento ideal para quienes sufren trastornos en las articulaciones, aliviando los dolores. Las semillas de chía son una fuente muy alta de ácido oleico y ácido linolénico, los cuales fortalecen nuestro sistema inmunológico para ayudar a proteger el cuerpo contra virus, bacterias y alergias.